Hemos reivindicado el Día Internacional del Derecho a la Verdad que es hora de poner fin a la discriminación que viven las víctimas del Estado sin reconocimiento

Para ello, hemos dado la palabra a cinco víctimas que aún no han sido reconocidas. Hemos recogido todas sus reflexiones en un vídeo que hemos presentado en Bilbao.

Están también disponibles los vídeos que recogen los testimonios individuales de cada víctima:

  • BEGO MARTINEZ DE MURGIA: Hermana de Mikel Martínez de Murgia, asesinado a tiros por la Guardia Civil en Lekeitio el año 1972.
  • PERU DEL HOYO: Hijo del preso Kepa del Hoyo, muerto en 2017 en la cárcel de Badajoz.
  • MAITANE VALCARCEL: Sobrina de Alfredo Valcárcel Navarro, muerto a consecuencia de las torturas sufridas el año 1972.
  • PATXI ARRATIBEL: Detenido y torturado por la Guardia Civil el año 2011.
  • IRANTZU BENITO: Herida con gravedad en siniestro debido a la dispersión el año 2001.

Texto íntegro leído en el acto por Ixone Fernández y Ane Muguruza:

Hoy, 24 de marzo de 2018, conmemoramos el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con las Violaciones Graves de los Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas.

En el contexto del conflicto vasco, son muchas, demasiadas, las personas que han muerto durante el último medio siglo, debido a la confrontación armada. Son plurales las violencias que han convivido en nuestra geografía, y que han generado enorme sufrimiento.

Por suerte, algunas de esas víctimas han recibido ya el reconocimiento que les corresponde. Pero, no ha sido así en la gran mayoría de los casos de las que hemos sufrido las violencias practicadas por los aparatos del Estado.

Nosotras somos víctimas de violencias muy diversas, que tienen un mismo origen. Desconocidas, en la gran mayoría de los casos. Porque nos han negado. Porque nos han tachado de mentirosas. Porque el Estado español y su sistema judicial han hecho que fueran posibles las vulneraciones de derechos y los crímenes que hemos sufrido.

Pese a que durante estos últimos años los dos Parlamentos de Hego Euskal Herria han intentado dar pasos para hacer posible nuestro reconocimiento, el camino hasta superar la situación de discriminación que vivimos es aún muy largo.

Hemos de lograr conocer, dar a conocer y reconocer todo el sufrimiento que el Estado ha generado. Determinar quiénes fueron los responsables de esos sufrimientos y conocer los por qués. Debemos sacar toda la verdad a la luz. Y, en ese cometido, nosotras tenemos mucho que hacer.

Nos negamos a permanecer a la espera. Nosotras proponemos tomar como referencia un nuevo punto de vista, y poner en el centro las necesidades de las víctimas. En ese sentido, ¿qué es lo que verdaderamente nos es de ayuda? Conocer la verdad.

La verdad cierra heridas. Hace posible que la tragedia que hemos sufrido no vuelva a repetirse. Es de gran utilidad para reconocer el dolor que cientos y cientos de personas hemos sufrido. Y es la vía para reparar y dignificar a las víctimas.

Todo ello hemos de llevarlo a cabo mediante las herramientas que tenemos a mano, poniendo a prueba nuevos mecanismos, aportando los testimonios de nuestras vivencias y tratando de aglutinar el compromiso más amplio posible de sectores sociales e institucionales. Para sacar a la luz todas las verdades y para que estas tengan su lugar en el relato que narre absolutamente todo lo que ha ocurrido.

Para ello, estamos convencidas de que los marcos locales son ámbitos excelentes desde donde trabajar, en especial para dejar en evidencia las dudas que aún plantean aquellos casos que fueron ocultados mediante versiones oficiales, o para dar luz a los sucesos que quedaron sin esclarecer del todo.

Es por ello que vamos a poner en marcha comisiones de investigación locales, para que una representación de la comunidad local pueda investigar las evidencias de los casos, recoger los testimonios de las y los testigos, sacar a la luz toda la información disponible y extraer conclusiones de todo ello, y hacer así posible que en un futuro la verdad de cada caso sea conocida y la víctima reconocida.

En ese sentido, hoy hemos querido comenzar por dar la palabra a cinco víctimas que aún no han recibido reconocimiento ninguno, para así conocer de primera mano lo que esto supone para ellas y reivindicar que sus testimonios han de ser escuchados.

Son cinco victimas, que han sufrido violencias de muy diversa índole, pese a que el ejectuor de todas ellas es el mismo: el Estado.

  1. Bego Martínez de Murgia: hermana de Mikel Martínez de Murgia, asesinado a tiros por la Guardia Civil en Lekeitio el año 1972, junto con Jose Benito Mujika “Xenki”. Según la versión de la policía franquista, aún oficial, Mikel murió en un enfrentamiento armado, pese a que los testigos y las pruebas demuestran claramente que no fue así.
  2. Peru del Hoyo: hijo del preso Kepa del Hoyo, muerto en 2017 en la cárcel de Badajoz debido a un ataque al corazón. La política penitenciaria de excepción, el alejamiento, la vida en primer grado… le impidieron poder recibir el debido tratamiento, y provocaron su muerte.
  3. Maitane Valcárcel: sobrina de Alfredo Valcárcel. La Policía Armada detuvo y torturó a Alfredo en Bilbao el año 1972. Sufría de una afección renal y padeció con especial violencia las torturas en esa zona. Como consecuencia, después de dos años de tormentos, murió.
  4. Patxi Arratibel: fue detenido por la Guardia Civil el año 2011. Sufrió torturas cuando se encontraba incomunicado. En una de las declaraciones que le obligaron a firmar en dependencias policiales escribió la palabra “aztnugal”, ayuda en euskara y del revés. En el año 2015, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos condenó al Estado español por no haber investigado lo suficiente sus denuncias de tortura.
  5. Irantzu Benito: fue herida de gravedad en un siniestro el año 2001, cuando se dirigía a visitar a una amiga encarcelada en la prisión de Ávila debido a la política de dispersión. Iñaki Saez y Asier Heriz, que la acompañaban en el viaje, perdieron la vida.

Hoy queremos dar las gracias a todas estas personas que han tenido la disposición de participar en este vídeo que presentaremos a continuación. Es hora de terminar con la discriminación. Es hora de reconocer debidamente a todas las víctimas de las violencias practicadas por el Estado. La Fundación Egiari Zor tiene el firme compromiso de trabajar en esa senda. Hasta el final.