Iñigo González Etayo fue detenido el año 2011 por la Guardia Civil e inmediatamente incomunicado durante 5 dias, en los cuales fue torturado.
La incomunicacion ha sido la herramienta imprescindible para poder torturar con impunidad. Diversos informes e investigaciones han recomendado encarecidamente la necesidad de dejar a un lado este tipo de régimen, por permitir la tortura y los malos tratos.
Nos encontramos inmersas en el momento de construir la memoria colectiva, la cual ha de tomar en cuenta también la violencia ejercida en las comisarias, para que todo lo ocurrido sirva como garante de la no repeticion.
Debemos dotar a la comunidad de personas torturadas de reconocimiento y reparacion. Los responsables de que esta lacra se haya perpetuado y ejercido durante décadas con absoluta impunidad, deben reconocer el daño causado y también se deben depurar las responsabilidades derivadas de violar derechos humanos sistemáticamente por parte de funcionarios públicos.
Verdad, justicia, reparación, reconocimiento y garantías de no repetición para las víctimas de la tortura.