En el contexto del conflicto político vasco, las violencias que ha empleado el Estado se han visto entremezcladas con otras que están estructuralmente implantadas en nuestra sociedad, como es el caso de la violencia machista.
Las violencias del terrorismo de Estado, de la policía, las empleadas por el régimen penitenciario… y la violencia machista son las dos caras de una misma moneda: ambas han tenido lugar bajo el amparo de los privilegios que avala el heteropatriarcado.
Las estructuras heteropatriarcales se han visto reproducidas en los oscuros rincones de las comisarías, en los controles de la policía, en las celdas de las prisiones…
Trabajar para dotar a todas las personas víctimas de la violencia del Estado de los derechos que les corresponden, supone trabajar también para romper con los valores machistas y violencias que son intrínsecas al heteropatriarcado.
Por todo ello, deseamos tener presentes en el día de hoy a todas las mujeres que han sufrido graves vulneraciones de derechos humanos en el contexto del conflicto, porque por el mero hecho de ser mujeres, las ha victimizado doblemente.
En el contexto del conflicto político vasco, 46 mujeres han perdido la vida a consecuencia de las violencias ejercidas por el Estado:
Es especialmente destacable que la dispersión de las personas presas vascas ha traído consigo la muerte de 9 mujeres, que han fallecido por haberse visto obligadas a poner sus vidas en peligro y, por lo tanto, por ser víctimas de una violencia indirectamente ejercida contra ellas.
De entre las 46 mujeres, solo 7 han sido oficialmente reconocidas de alguna forma: 5 como víctimas del terrorismo, y otras 2 bajo el amparo del decreto 107/2012 del Gobierno Vasco.
Por otra parte, han sido 581 las mujeres que, según el informe del Gobierno Vasco publicado el año 2017, han sufrido torturas. Solo 22 han sido oficialmente reconocidas.
Las comisarías y cárceles donde se ha practicado la tortura son instituciones absolutamente jerárquicas. En ellas se reproducen, probablemente, de forma mucho más clara que en ningún otro lugar, las relaciones de poder de género.
Por ello han sido distintas las prácticas con las que se ha torturado a las mujeres. Por eso han sufrido las mujeres infinitamente más veces la tortura sexual. Por eso han sido las mujeres violadas en las comisarías. Por eso las han intentado humillar, acusándolas de actuar como “malas” mujeres.
Hoy, tenemos en el recuerdo a todas esas mujeres que sufrieron vulneraciones de derechos humanos en el contexto del conflicto, y seguiremos trabajando hasta que sean plenamente reconocidas, y hasta acabar con el hetero-patriarcado definitivamente.
Gora borroka feminista!