Es necesario reconocer y tomar en consideración las violencias, directas e indirectas, sufridas por las personas presas y sus familiares.
En el contexto del conflicto político vasco se han producido miles de violaciones de derechos humanos, cientos de muertes. A todos ellos debemos la verdad, reconocimiento, justicia y reparación.
En cuanto a las muertes causadas por el sistema penitenciario de excepción, en las últimas 6 décadas 38 presos y presas políticas vascas y 16 familiares y amigas han perdido su vida. Entre ellos está Mikel Lopetegi, que lamentablemente no fue el único tolosarra que perdió la vida en este contexto de excepcionalidad penitenciaria. Las situaciones excepcionales establecidas en materia penitenciaria para los presos y presas vascas y sus familias, se llevaron también la vida de Rosa y Arantza Amezaga y de Esteban y Leo Esteban.
Consideramos necesario reconocer la violencia, directa e indirecta, sufrida por los presos y sus familiares. Es necesario sacar de la sombra a la luz la verdad de las violaciones que ha provocado la política penitenciaria excepcional.
Por todo ello, es imprescindible que desaparezcan de una vez por todas las manifestaciones de violencia institucional que siguen vigentes, como es el caso de la política penitenciaria de excepción. En esta situación de excepción, desde el año 2011 han muerto 13 personas presas, ¡Ya basta!