Es necesario reconocer y reparar las 14 vidas arrebatadas por la tortura en el País Vasco para poder seguir construyendo la convivencia democrática

En la ofrenda floral celebrada en el barrio del Antiguo de Donostia hemos recordado a las 14 personas asesinadas bajo tortura desde 1961 hasta la actualidad, con motivo del Día Internacional del Derecho a la Verdad. Además, hemos presentado el vídeo que hemos preparado para reivindicar que es necesario que las vidas de estas personas formen parte de la memoria.

Hoy, 24 de marzo, es el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación con la dignidad de las víctimas y las graves violaciones de los derechos humanos.

En el contexto del conflicto de Euskal Herria, muchas personas han muerto como consecuencia del enfrentamiento armado que hemos vivido en el último medio siglo, demasiadas personas. En nuestra geografía han convivido violencias de diversa índole que han generado mucho dolor y sufrimiento.

Afortunadamente, algunas víctimas de la violencia ya han recibido el reconocimiento que les correspondía, algo que no ha sucedido en el caso de los afectados por las violencias llevadas a la práctica por los aparatos de Estado.

En este acto queremos recordar a las 14 personas fallecidas bajo tortura o como consecuencia de la misma:

  1. La venezolana Mercedes Antxeta, fallecida en Caracas en 1961 a causa de los graves daños causados por las brutales torturas de Melitón Manzanas.
  2. Vicente Lertxundi Mayoz, fallecido en 1962 en San Sebastián a consecuencia de las heridas que le causaron los golpes de los funcionarios de la cárcel de Martutene.
  3. Manuel Thomas Gomes, fallecido en 1966, también en la cárcel de Martutene, a consecuencia de los terribles golpes sufridos al ser detenido.
  4. El antiguotarra José María Quesada Lasarte, fallecido en 1968, que fue golpeado constantemente en la cabeza durante su detención.
  5. Javier Escalada Navaridas, asesinado tras participar en Pamplona en una protesta contra la Nueva Ley de Educación, concretamente en 1970.
  6. Antonio Goñi Igoa, natural de Etxarri-Aranaz, detenido y torturado por participar en 1970 en una manifestación contra el proceso de Burgo en San Sebastián. Antonio no pudo llevar consigo la carga del drama por el que le hicieron pasar.
  7. Juan José Munduate Zamakona, natural de Basauri, que murió debido a un ataque epiléptico a consecuencia de las torturas sufridas en 1971.
  8. Alfredo Valcárcel Navarro, de Arrigorriaga, muerto a consecuencia de los golpes en los riñones sufridos en la comisaría de Indautxu de Bilbao en 1975.
  9. Joxe Arregi Eizagirre, zizurkildarra, fallecido en 1981 tras ser torturado violentamente en la DGS de Madrid. Todavía tenemos muy presentes las fotos de su cadáver y sus palabras: "oso latza izan da".
  10. El médico Esteban Muruetagoiena Scola, fallecido en 1982 tras pasar nueve días incomunicado en una pequeña caja de hormigón sin apenas comida.
  11. Mikel Zabalza Gárate, que fue detenido y trasladado en 1985 al cuartel de Intxaurrondo, donde tras morir bajo tortura fue hecho desaparecer durante 20 días, hasta que finalmente apareció en aguas del Bidasoa.
  12. El bilbaíno Juan Calvo Azabal, que tras ser detenido por la Ertzaintza y trasladado a Arkaute, falleció a consecuencia de los golpes sufridos allí mismo, en 1993.
  13. Gurutze Iantzi Igerategi, detenida por la Guardia Civil en Urnieta en 1993 sin orden juidicial y que salió muerta del cuartel de Tres Cantos en Madrid.
  14. Xabier Kalparsoro Golmaio "Anuk", que falleció en el hospital de Basurto, también en 1993, tras "precipitarse" por la ventana de la comisaría de Indautxu en Bilbao.

No es casualidad que hayamos elegido esta plaza del barrio del Antiguo para realizar este acto de hoy, una ofrenda floral en memoria de las 14 vidas arrebatadas por la tortura en este pueblo.

José María Quesada Lasarte fue una de las primeras personas que perdió la vida a consecuencia de las graves torturas sufridas. Era vecino de este barrio.

Jose María fue detenido en numerosas ocasiones desde el año 1958 hasta el 1962. En esta última ocasión, tras ser torturado en la comisaría de Donostia, fue enviado a la Dirección General de Seguridad de Madrid, y allí continuó su calvario, hasta que ingresó en la cárcel de Carabanchel, con la cabeza deformada por los golpes que recibió, las rótulas a la vista, sin poder caminar y con unos dolores de cabeza horribles.

Fue juzgado en consejo de guerra, y salió libre en octubre de 1963, con motivo de un indulto que el régimen de Franco declaró por la muerte del papa Juan XXIII.

Pero sus problemas de salud fueron en aumento: durante los próximos años le practicaron hasta tres operaciones, una en el oído y dos en el cerebro, todas como consecuencia de los golpes que había recibido en la cabeza mientras era torturado. Pese a ello, su situación continuó empeorando, y finalmente falleció en enero de 1968.

Hoy, 24 de marzo, en este Día Internacional del Derecho a la Verdad, desde Egiari Zor Fundazioa reivindicamos que, pese a que han pasado ya 54 años de la muerte de Jose María, su caso, al igual que el de las otras 13 personas muertas por tortura, continúa sin reconocimiento ni verdad. Que los responsables de todas estas brutales torturas, los ejecutores materiales y las instituciones responsables, continúan gozando de total impunidad. Y que ya es suficiente.

Se habla de la necesidad de educar en valores éticos y en el respeto a los derechos humanos, de la necesidad de rechazar y deslegitimar la violencia, pero haciendo mención a una sola de las muchas violencias que han protagonizado largas décadas de confrontación armada.

Observamos atónitas todavía cómo representantes políticos e institucionales buscan excusas con las que diluir las responsabilidades políticas derivadas de la decisión de torturar y matar desde los poderes públicos. Para que sea creíble el rechazo a la violencia, a toda violencia, debe utilizarse el mismo rasero para todas ellas: a misma vulneración, mismos derechos.

La tortura ha sido una práctica sistemática en los centros de detención, gracias a una estructura bien diseñada. No fue, pues, cosa de algunos policías. La tortura fue posible gracias a la colaboración de médicos forenses, jueces, abogados, medios de comunicación, responsables gubernamentales del momento, dirigentes de algunos partidos políticos, etc.

Hoy, aquí queremos reivindicar que ya es suficiente. Es imposible construir una convivencia democrática en el futuro si no reconocemos esas muertes, esas graves vulneraciones de derechos.

Desde Egiari Zor Fundazioa no olvidamos, y creemos imprescindible no olvidar lo que ha sucedido en este pueblo, todos los derechos que se han vulnerado en el contexto de un conflicto político, todo lo que nunca debió haber sucedido. Es por ello que hemos elaborado un vídeo sobre estas 14 personas que hoy tenemos en el recuerdo, que a partir de hoy podéis ver en nuestras redes sociales.

Hoy, reivindicamos la necesidad de seguir investigando y esclareciendo los casos de tortura, pero, sobre todo, que es imprescindible reconocer y reparar a las víctimas: a las 14 personas que fueron asesinadas y a los 5657 casos de tortura documentados.

Sacar la verdad a la luz es una cuestión de justicia. Y recordar los nombres de esas vidas arrebatadas por la tortura, es la mejor manera de garantizar que esto no vuelva a ocurrir. No olvidemos, pues.