Hoy, 24 de marzo, es el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación a violaciones graves de DDHH. En el contexto del conflicto político en Euskal Herria miles de personas las han padecido;

Afortunadamente algunas de las personas que sufrieron la vulneración de sus DDHH, fueron reconocidas y han podido ejercer los derechos que la Ley les otorga. En cambio para muchas de las que padecimos la violencia de Estado, el punto de partida es muy distinto. Tras muchos años de negación, a día de hoy continuamos luchando para que se reconozca la Verdad de lo que nos hicieron.

Comunicado leído en la rueda de prensa:

Hoy, 24 de marzo, es el Día Internacional del Derecho a la Verdad en relación a violaciones graves de los derechos humanos. En el contexto del conflicto político en Euskal Herria miles de personas las han padecido; cientos han perdido la vida como consecuencia de largas décadas de violencia y confrontación armada.

Afortunadamente algunas de las personas que sufrieron la vulneración de sus DDHH, fueron reconocidas y han podido ejercer los derechos que la Ley les otorga. En cambio para muchas de las que padecimos la violencia de Estado, el punto de partida es muy distinto. Tras muchos años de negación, a día de hoy continuamos luchando para que se reconozca la Verdad de lo que nos hicieron, para que cada una de las vulneraciones sea oficialmente censada, reconocida y reparada sin excepción.

Hablamos concretamente de quienes padecieron la violación de sus derechos humanos por acción de la la violencia policial, la extrema derecha, de la guerra sucia, la desaparicion forzosa, la tortura, en supuestos enfrentamientos con FOP o FSE... porque en demasiados casos la verdad de lo ocurrido continua rodeada de sombras e interrogantes sin aclarar. Hablamos de casos como el de José Luis Geresta, Bar Aldana, José Miguel Etxeberria, Esteban Muruetagoiena, Foz de Lumbier, 3 de marzo, bahía de Pasaia, Germán Rodríguez, Xabier Kalparsoro...y un largo etc.

La legislación internacional en materia de DDHH así como el Derecho Internacional a Conocer la Verdad, no hace distinciones en función del origen de la violencia padecida, ni de la condición de las personas que la padecieron. Es igual para todas, es inherente a la condición humana.

Pero el Derecho a la Verdad no puede operar si no está en relación con otros derechos como el acceso a la información y la investigación eficiente. Y esta es sin duda una cuestión clave para entender por qué aun a día de hoy continuamos trabajando para que se establezca la verdad en torno a muchas muertes y violaciones de los DDHH producidas por el Estado:

  • El acceso a la información que podría arrojar luz sobre muchos de estos casos permanece blindada por una ley preconstitucional, la Ley de Secretos Oficiales; un mecanismo legal que cercena nuestro derecho a la verdad y supone un claro obstáculo en el camino del reconocimiento de muchas personas que padecieron la violencia de Estado.

  • Por otro lado, las investigaciones abiertas sobre muchos de estos casos fueron muy deficientes, con in-admisión de pruebas, incidentes, dilaciones indebidas y en algun caso incluso con desaparición de pruebas periciales, obstaculizando conocer la verdad de lo ocurrido y posibilitando la impunidad de sus responsables.

  • Además, la construcción de versiones oficiales justificando la acción policial, negando la existencia de la tortura, tildando las muertes de “naturales” o responsabilizando al fallecido de su propia muerte, ha servido de coladero para ocultar verdaderos crímenes.

Hoy, que conmemoramos el día internacional del derecho a la Verdad, queremos poner de relieve que la vigencia de la Ley de Secretos oficiales franquista, evidencia la deficiente calidad democrática existente y la absoluta falta de voluntad política que hay para esclarecer graves episodios ocurridos durante el franquismo, la transición y en periodo democrático.

Apelar a una supuesta seguridad nacional no puede ser una coartada para ocultar presuntos delitos o violaciones de derechos humanos ni servir de excusa para no depurar responsabilidades.

En relación a las versiones oficiales construidas con objeto de ocultar actuaciones contrarias a los DDHH, animamos a las instituciones de este pueblo a continuar por el camino de la investigación con valentía y determinación; como ya se hiciera con el trabajo de investigación de la tortura, y como se viene haciendo también a través de la Ley 12/2016, con resoluciones de reconocimiento a personas que fueron asesinadas y sobre las que pesaba una versión oficial infame; como la conocida hace pocas semanas sobre la muerte de Mikel Zabalza. Resoluciones que evidencian no solo la existencia de un crimen, sino el nulo interés por esclarecer judicialmente estos casos y la impunidad otorgada a los responsables.

Queremos así mismo recordar que la Verdad es un derecho que asiste a quienes han padecido la violación de sus derechos, a los familiares de las personas fallecidas y también a la sociedad en su conjunto, porque es un elemento imprescindible en la construcción de la convivencia en términos democráticos y sobre el que han de asentarse las garantías de no repetición y las políticas públicas de memoria.

Reivindicar la verdad como derecho individual y colectivo, es precisamente el horizonte que persiguen los actos con el eslogan “Ya es hora de saber la verdad”, que Egiari Zor Fundazioa ha iniciado. Como el realizado el pasado día 13 en torno a la muerte de Jon Ugutz Goikoetxea; el que realizaremos este sábado en Etxarri en torno a la muerte de Josu Zabala u otros que llevaremos a cabo a lo largo de nuestra geografía en diferentes formatos. Como por ejemplo la difusión hoy en redes sociales de un vídeo que resume nuestra posición sobre las cuestiones aquí planteadas.

Creemos que ejercer el derecho a la verdad es una cuestión de saneamiento democrático, que requiere voluntad, compromiso con los derechos humanos y pedagogía para entender que, una democracia la Verdad también debe erigirse como imperativo ético.